Pedro Alcocer.
Las reservas de biosfera de la UNESCO promueven el equilibrio de intereses entre la protección ambiental y la economía y favorecen la coexistencia del hombre y de la naturaleza.
Tienen el objetivo de generar zonas modelos representativas a nivel internacional. Realizan un desarrollo sostenible y preservan los hábitats con características singulares de valor mundial. En este sentido serían equiparables a sitios reconocidos como patrimonio de la humanidad. (1)
Concretamente, cada reserva de biosfera debería contener tres elementos: una o más zonas núcleo que beneficien de protección a largo plazo y permitan conservar la diversidad biológica, vigilar los ecosistemas y realizar investigaciones. Una zona de amortiguamiento que circunda las zonas núcleo o colinda con ellas junto con una zona de transición flexible, que puede comprender actividades agrícolas, de asentamientos humanos, donde comunidades locales, instituciones educativas, grupos de gestión, organizaciones no gubernamentales, grupos culturales, el sector económico y otros interesados trabajen conjuntamente en la administración y el desarrollo de los recursos de la zona. (2)
El Bosque de la Primavera es reconocido en el programa MAB de la UNESCO (Hombre y biósfera) desde 2006, MAB propone una agenda de investigación interdisciplinaria y de fomento de la capacidad centrada en las dimensiones ecológicas, sociales y económicas de la pérdida de la biodiversidad y su reducción.
El MAB combina las ciencias exactas y naturales, las ciencias sociales, la economía y la educación con el fin de mejorar las condiciones de vida de los seres humanos y salvaguardar los ecosistemas naturales.
De este modo, fomenta enfoques innovadores para alcanzar un desarrollo económico adecuado socioculturalmente y sostenible desde el punto de vista ambiental. (3)
Pertenecer al programa MAB implica un compromiso muy importante ya que los ojos del mundo están puestos en estas reservas. Existen alrededor de 590 en todo el mundo, en México alrededor de 40, en esta lista se enumeran hábitats tan importantes como el Santuario de la Mariposa Monarca o el Santuario de Ballenas en el Vizcaíno.
A pesar de que este reconocimiento se dio en 2006, el bosque de la primavera no ha actualizado sus planes de manejo, de forma que los integre a esta visión de desarrollo.
Los retos son muchos empezando por establecer una zona de amortiguamiento bien definida y con validez jurídica, ya que actualmente la zona protegida se remite a lo que podría entenderse como la zona núcleo conformada por el Área Natural Protegida.
Partiendo de esta definición es indispensable replantear los planes de desarrollo de esta zona. Urgentemente los estudios de impacto ambiental del macrolibramiento y el plan de desarrollo del bajío entre otros, deberían replantearse bajo este reconocimiento.
Una visión a largo plazo en la preservación del bosque no se puede concebir sin estas consideraciones, el ritmo de crecimiento de la ciudad está siendo muy acelerado en zonas limítrofes al bosque. Todavía estamos a tiempo, pero si no se actúa rápido en estos avances, con el ritmo de crecimiento actual para 2030 ahorcara el bosque y será muy difícil preservarlo. Hoy todavía estamos a tiempo.
Más información:
Programa MAB
Estrategia de Sevilla:
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